A Inés Esparragoza le duele cerrar los ojos. “No es fácil porque lo primero que veo al cerrarlos es a mi hijo así”, se desahoga. Le gustaría recordarlo de otra forma, y lo consigue casi siempre, pero hay dos escenas agarradas con fuerza a su retina. La primera es la de su hijo en la unidad de cuidados intensivos del hospital.
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